miércoles, 5 de agosto de 2009

So if you´re asking me, i want you to know...(8)

Gente, hola.
Antes que nada, de empezar a escribir, o, en su caso, de leer, les diré que no están obligados a hacerlo, admito que me gustaría que narren lo que les tengo que decir, idioteces como siempre, pero idioteces que ya no me puedo sacar de la cabeza.
Para empezar, les agradezco que ahora, en vez de gastar su tiempo en algo más entretenido, leen esto, para continuar les comentaré resumidamente mi día.
Llego como siempre al ILSE, saludo, me saludan, lo de siempre, me abstraigo en mi pequeña dimensión paralela de donde, lamentablemente, aún no logro salir y sentirme una más dentro de la división. El día transcurre más o menos normal, hasta que llega Tomás, el preceptor, y nos da un comunicado. ¿Soy sólo yo o en el ILSE no les importa nada si estamos enfermos, asustados o muertos siempre y cuando vayamos? Bueno, eso fue lo que sentí después de escuchar cinco minutos seguidos a Tomás decir “porque USTEDES son unos irresponsables, USTEDES no vinieron, USTEDES, USTEDES, USTEDES”. No estuve teniendo unos días muy alegres, un mes de encierro y ahora tres pruebas y dos trabajos que hacer, todo para mañana y encima a Tomás diciendo “USTEDES, USTEDES, USTEDES”, creo que fue demasiado para mí y como tantas veces, no pude hacer más que quejarme mientras se me quebraba la voz y lloraba, lo de siempre bah…
Después, volví a mi casa y me quedé pensando un rato largo en lo mismo, en la razón por la cual estaba cada vez más deprimida, y ahora, decidí contarles, porque los quiero, porque son importantes para mí y porque aunque siento que los estoy molestando, no quiero sentirme así más y necesito que lo sepan, espero que también lo puedan comprender.
No me siento mal por no haber ido a la Anime Friends, a una convención como tantas otras, no me siento mal por haber estado encerrada casi todas las vacaciones, me siento así por no haberlos visto.
Sí, otra idiotez, eso deberán estar pensando ahora, pero esto no concluye aquí. Tengo miedo, mucho, muchísimo. ¿Miedo de qué? Miedo de perder lo que poco que tengo y me importa, a ustedes. Por qué se preguntarán, la respuesta es muy simple y tal vez idiota también. Siento que, por no estar con todos ustedes, voy a distanciarme y cada vez más, hasta que ya no les importe, ni me quieran, y me convierta en una persona, como tantas otras en su vida cotidiana. Ya se, es algo egocéntrico de mi parte decir que me quieren, admito que a veces siento que están conmigo por lástima, o tal vez porque son amigos de alguien que es cercano a mí o eso piensan, porque tal vez, a su vez, esa persona también me tiene o tendría lástima. Ahora, lamento comunicarles que no quiero desaparecer de sus vidas, quiero quedarme, porque son importantes y los quiero, mucho más de lo que se pueden imaginar.
Entonces, aquí estoy, entre conteniendo las lágrimas y la desesperación, sintiéndome culpable, por hacerles leer todo este plomazo, pero ya no puedo guardármelo en la heladera.
Este queso que esta escribiendo, tiene sus problemas, sus honguitos, es casi un queso roquefort, pero aunque es un queso con hongos, no quiere estar sólo, necesita al jamón, al pan, a otros quesos, al tomate, a la mayonesa, al Ketchup, al mostaza, en fin, a todos ustedes, porque sino, resulta incomible. Y como este queso esta más que podridísimo, pasado, esperando en la heladera a que alguien lo encuentre, los necesita más que nunca, si es que alguna vez los necesitó menos.
Para concluir, les agradezco desde el fondo de este corazón de queso, que se está derritiendo poco a poco. Les agradezco por todo, incluso por las cosas que me enojaron, si es que alguna vez me pasó.
Y de esta forma, el queso se despide.

No hay comentarios:

Publicar un comentario